VENTANA LITERARIA
Este es un espacio dedicado a las letras nortesantandereanas, donde nos sumergimos en la fascinante lectura de escritores que, con su pluma, expresan los más hermosos y duros sentimientos. Aquí, retrocedemos en el tiempo, viajamos por mundos con sucesos insospechados, analizamos al ser humano y su espacio, redescubrimos momentos y vivimos emociones a través de páginas que evocan sonidos imaginarios.
Escritores Invitados
Magda Pinilla
Nació en Cúcuta, Norte de Santander, en 1984. Magíster en Literatura y Licenciada en Idiomas Modernos de la UPTC. Participó en el taller de narrativa R.H. Moreno Durán, de la Red Nacional de Talleres (RENATA), Tunja. Es autora del libro de investigación-creación Emily Dickinson, Caja al abismo, publicado por la Editorial Académica Española (2016) y del poemario El lugar exacto de mi noche, Épica Ediciones (2020). Poemas suyos han aparecido en antologías como: Cultura al riel, del Teatro Popular de Tunja (2012); En la cuerda floja, Corporación Cultural Alejandría (2019); Antología de poesía erótica, Cuerpos habitados, Ediciones Exilio (2021); El paisaje que soy, muestra de poesía digital del taller de poesía Horizontes poéticos (2021); Desde la luz preguntan por nosotros, panorama de poesía colombiana contemporánea, Fundación Pablo Neruda, Chile (2021); La inefable nostalgia de los mangos, Taller de escritura creativa, El Ángel Editor, Ecuador (2021). Poeta invitada por la Convocatoria del 32º FIPMed.
Caperucita
Ella, en un haz de luz, develó tu figura
el viento ocultó el resoplido
de la bestia tras las ramas.
—Desconfía del agua quieta
de los días de sol y de los cuentos de hadas.
No entres en el bosque no desesperes,
que tu garra aguarde el justo momento
el ruido de una perilla que se abre.
LA MUJER QUE LLORA
Eres el mundo, pero estás sola,
como una mujer que riega las flores mientras su cuerpo se incendia.
Los botones presienten el vacío
una navaja asalta el espacio entre tus dedos.
Los mendigos devoran sus propios ojos. Bajo el ala del sombrero, la sombra de una araña agoniza.Los botones presienten el vacío una navaja asalta el espacio entre tus dedos.
Los mendigos devoran sus propios ojos. Bajo el ala del sombrero, la sombra de una araña agoniza.Sollozas por un hijo que no es tuy aprendes el juego donde el rojo del lienzo
es tu propia sangre, luz inflamada
de una estrella indiferente Otra vez desnuda en la escalera transitas la memoria hurgas tu centro buscas tu colibrí en las piezas rotas que dejó la guerra